viernes, 1 de agosto de 2014

Israel y Palestina. Crónica de un conflicto enquistado

En este mundo en el que todo se resume, por desgracia, al maniqueísmo y, por ende, al simplismo; vemos como el longevo conflicto palestino-israelí no escapa ni de esta percepción, ni tan siquiera del paso del tiempo. Es más, nos remite, en cada episodio, a la conocida película de Bill Murray, "Atrapado en el tiempo" (El Día de la Marmota). Lo vemos a diario en los medios de comunicación, en la sociedad e, incluso, como sucedió hace unos días, en nuestro propio Parlamento, cuando varios diputados aparecieron con camisetas "pro-palestina". Y es que, en esta moda del simplismo, de la reducción de la noticia a los 140 caracteres que nos permite Twitter, no cabe desde luego la explicación de un conflicto que se adentra en el tiempo por casi tres cuartos de siglo. No cabe, como digo, sin pecar de simples, sin caer en ese reduccionismo maniqueísta de adoptar una posición (quizás la más fácil del apoyo al débil) de dotar a un bando del bien y, al otro, del mal. En el conflicto más mediático, más comentado y más seguido, es dónde abunda, sin embargo, más desinformación. Y es que, no se puede explicar cada uno de los episodios del conflicto, sin analizar el sustrato de éste, las bases o los antecedentes, todo ello, por supuesto, partiendo de la base de que ni unos son tan buenos, ni los otros, tan malos. Debemos empezar ubicando correctamente los hechos.

Finales del s. XIX. Theodor Herzl, precursor del movimiento sionista, abriría la puerta a los flujos migratorios hacia una reagrupación judía en Palestina, bajo control otomano. Principio s. XX. Acuerdo (secreto) de Sykes-Picot en 1916 entre Francia y Reino Unido para la repartición del Imperio Otomano tras el fin de la I GM, mediante el cual Palestina y Transjordania, entre otros territorios, pasan a estar bajo mandato británico. Se produce en 1917 la "Declaración Balfour", compromiso del gobierno británico de crear un asentamiento judío en Palestina. Ante el descontento árabe, se confirman y aumentan las migraciones judías hacia Palestina cuyo cenit se produce tras la II GM (hay que recordar sin entrar en detalles el asunto del Holocausto judío). Los recelos árabes, ante el aumento de población judía, dan lugar a tensiones entre ambas poblaciones. Al finalizar la II GM, Gran Bretaña, al certificar el aumento de las hostilidades en Palestina, deja en manos de la recién creada ONU la resolución del enfrentamiento. Ésta, en su Resolución 181 de 1947, decide la división de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, con la ciudad de Jerusalén bajo mandato internacional. ¿Funcionaría dicha Resolución? La respuesta es que ésta fue una de las muchas que sobre el conflicto han sido continuamente incumplidas por las partes.

La decisión de las Naciones Unidas es aceptada por israelíes, que se quedan con un 55% del territorio, pero no por los palestinos, que inician una guerra el mismo día en que se aprueba la Resolución citada. Apenas un año más tarde, Israel, vencedor del enfrentamiento, proclama el Estado de Israel, ocupando ahora una mayor parte del territorio. Esta guerra supuso, además, más de medio millón de refugiados que se asentaron en los países limítrofes: Siria, Egipto, Líbano y sobre todo, Jordania. El pueblo palestino acentúa sus reclamaciones y su actividad beligerante hasta que, en 1964, se funda la OLP (entre medias, la guerra del canal de Suez marca otro de los episodios violentos en la región).  La Organización para la Liberación de Palestina surge como una coalición de distintos movimientos. La Liga Árabe y la ONU la reconocieron como legítima representante del pueblo palestino.




Tras este avance en la "política palestina" se produce otra guerra. Una coalición árabe formada por Egipto, Siria, Irak y Jordania se enfrenta a Israel por la disputa de la militarización egipcia de la península del Sinaí en 1967. Durante este breve enfrentamiento (Guerra de los Seis días), Israel se hace con la península del Sinaí (motivo del enfrentamiento) junto con los Altos del Golán, Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. La Resolución 242 de la ONU, obliga al restablecimiento de las fronteras y al reconocimiento mutuo, pero no es acatada por ningún bando. Se produce de nuevo un éxodo de palestinos hacia Jordania, donde comienzan a formar asentamientos en la frontera. Será éste el momento donde el grupo armado Al-Fatah (nacido en 1959) se va haciendo presente bajo el mandato de Yasser Arafat. Esta serie de campamentos de refugiados comienza a suponer un problema para Jordania debido a los constantes pillajes y enfrentamientos con civiles jordanos (ya no solo israelíes). La radicalización de los palestinos, bajo el liderazgo de la OLP (Yasser Arafat),  supuso la expulsión de los palestinos de Jordania, lo que provocó, la formación, entre otros, del grupo terrorista Septiembre Negro (culpable de la Masacre de Münich de 1972) y el asentamiento de una importante colonia de refugiados palestinos en Líbano, desestabilizando este país (los conflictos dentro de este país, y entre éste e Israel son otra historia).

Durante los años siguientes, tuvieron lugar más enfrentamientos, entre los que destacan la Guerra de Yom Kippur, y la lucha interna en la OLP para derrocar a Fatah y, con ello, a Arafat (al que consideraban excesivamente blando con Israel). A pesar de estas luchas interinas se mantuvo un "statu quo" hasta 1987, fecha de estallido de la Primera Intifada, que provocó la aceptación de una única autoridad palestina. A pesar de ello, esta fecha es clave, y ejemplo de la división palestina, pues coincide con el surgimiento, gracias a los Hermanos Musulmanes, de la organización terrorista Movimiento de Resistencia Islámica, más conocido como Hamas. Organización que se presenta como yihadista, nacionalista e islámica, que pretende instaurar un Estado islámico en Palestina, no reconociendo por tanto la existencia de Israel y pretendiendo su total eliminación. Para ello, cuenta con un brazo político, y otro armado, las brigadas de Ezzedin al-Qassam. Los líderes de Hamas, como ya hemos comentado, proceden de la corriente islamista de los Hermanos Musulmanes, panarabistas cuyo objetivo es imponer la Sharia (ley tradicional islámica). El hecho de que los Hermanos Musulmanes, estén detrás de Hamas, explica la financiación que recibe por parte de estados árabes del golfo (donde los Hermanos Musulmanes están presentes), en forma de donaciones privadas, o las ayudas por parte de Irak (con Saddam Hussein) y, principalmente, Irán e incluso, países de América Latina como Cuba o Venezuela.

El fin de esta Primera Intifada, llega con los Acuerdos de Oslo de 1993, tras la Conferencia de Madrid de 1991. Supusieron un marco político desde el que partir, al ser la primera vez que había un reconocimiento mutuo entre la OLP e Israel. Se estableció un autogobierno palestino en Gaza y Cisjordania, con la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con el liderazgo de Al-Fatah (Arafat), y el cese, por parte de la OLP, de la actividad terrorista. Es importante recalcar, que estos acuerdos no fueron reconocidos por Hamas, rechazando por tanto el establecimiento de la ANP. A su vez, por parte israelí, también fue rechazado el acuerdo por los ultranacionalistas (muy presentes en los siguientes gobiernos). Este descontento llevó, al final de la década de los 90, a numerosos atentados suicidas en territorio israelí por parte palestina, siempre con objetivo en lugares civiles, (mercados, hoteles, bares, autobuses, etc.). Por parte israelí, se produjo el asesinato del Primer Ministro Isaac Rabin en 1995, a manos de un extremista judío. Hay que remarcar, por tanto, la ruptura entre Al-Fatah, más favorable al entendimiento con Israel, presente en Cisjordania, y Hamas, defensores de la destrucción del Estado israelí, presente principalmente en Gaza. Una situación que se ha mantenido, prácticamente, hasta abril de este año, cuando ambos movimientos han firmado un gobierno de unidad (que puede tener, sin embargo, más sombras que luces, por la política que Hamas continua llevando a cabo).

La falta de resultados de las conversaciones iniciadas en Oslo, llevaron a una nueva cumbre, en Camp David en el año 2000, entre Clinton, Arafat y Ehud Barak (Primer Ministro israelí). Ésta acabó de la misma manera, sin acuerdo firme, y en el marco de una serie de disturbios que dieron comienzo a la Segunda Intifada. Durante este episodio del conflicto, son varias las cumbres o planes que tienen lugar para estudiarlo y darle una posible solución, la Comisión Mitchell (2001, específica para determinar las causas de la Segunda Intifada), el Plan Tenet (2001, para poner fin a la intifada) o la Hoja de Ruta (2002, para buscar una solución al conflicto israelí-palestino en su conjunto). 

Esta Hoja de Ruta, se basaba en tres fases para dotar a Palestina de una serie de aspectos claves para la formación de un estado. Estas tres fases garantizarían de 2003 a 2005, la creación de las instituciones, las infraestructuras y los órganos que garantizasen el establecimiento de una democracia y de los pilares que debían sostenerla como era, entre otros, la seguridad. Éste ha sido uno de los planes más ambiciosos llevados a cabo para dar una solución al conflicto pero que, sin embargo, tampoco ha tenido éxito. La continuidad de los atentados suicidas por parte de Hamas provocó la respuesta israelí, que gracias a su superioridad llevó a cabo una serie de "asesinatos selectivos" de los principales líderes de la organización, el "jeque" Ahmed Yassin (fundador) y Azziz Al-Rantisi (co-fundador y portavoz) en 2004. En este mismo año muere también el presidente de la ANP, Yasser Arafat, al que le sucede el moderado Mahmud Abbas. 

Con el fin de la Segunda Intifada en 2005 se produce, un año más tarde, uno de los hechos que serán claves para entender los episodios subsiguientes. Israel, como digo, decide unilateralmente en el año 2006 la retirada de las tropas de ocupación de la Franja de Gaza, creando un muro de contención y estableciendo un férreo control fronterizo, tanto en el tránsito de personas como de bienes. Este hecho ha sido un punto de inflexión en la actividad de Hamas, tanto políticamente como militarmente. Militarmente porque cambia la tendencia, el bloqueo fronterizo dificulta la entrada de palestinos en Israel, por lo que sus ataques ahora pasan por el lanzamiento de misiles desde la Franja de Gaza hacia las ciudades israelíes próximas. Políticamente porque por primera vez se presentará a las elecciones para la ANP consiguiendo, además, acceder al poder en la Franja de Gaza. Esto supuso un agravamiento en el distanciamiento político entre las principales facciones de la ANP, Al-Fatah, más moderada y Hamas, más radical (que llegó incluso a un enfrentamiento armado entre sus milicianos, con victoria también por parte de Hamas) decidiéndose, finalmente, el establecimiento de un Primer Ministro en Gaza (Hamas) y otro en Cisjordania (Fatah). 

A pesar de la victoria, el continuo bloqueo comercial que Israel ejercía sobre la Franja provocó el debilitamiento político de Hamas, que se vio obligada, para mantener el apoyo de la población y de sus benefactores foráneos, a continuar con el lanzamiento de misiles. Esto dio pie a un nuevo "casus belli" para Israel que, a finales de 2008, comenzara una nueva ofensiva (Operación Plomo Fundido). El objetivo de ésta de nuevo se centraba en Hamas y, concretamente, en sus baterías de misiles y de morteros ocultas en todo tipo de lugares. Este es otro de los principales problemas, ya que dada la prácticamente única presencia de Hamas en la Franja (como autoridad responsable de la seguridad), sus actividades "militares" son desarrolladas en o desde lugares públicos como colegios, mezquitas o viviendas, quedando, en muchos casos, impunes (una violación permanente del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho de la Guerra, que es la causa de la elevada tasa de muerte de civiles en los continuos conflictos con Israel, ya que estos son utilizados como auténticos escudos humanos). La población elige callar ante las posibles represalias. El conflicto se alarga durante 23 días de enfrentamientos. 

A pesar del claro debilitamiento de la actividad de Hamas, el elevado número de civiles muertos durante la Operación Plomo Fundido, en torno a 1000, y la dura situación humanitaria que vive la Franja, provoca consternación a nivel internacional. Sin embargo, hay que resaltar que esta ofensiva israelí es apoyada por Al-Fatah (ANP) y los civiles contrarios a Hamas en Gaza, a quien se culpa directamente de la provocación. A principios de 2009 termina la operación israelí. Pero aún quedan dos cosas importantes por suceder ese mismo año. Por un lado, la llegada a la presidencia norteamericana de Barack Obama (con su consecuente cambio en la política de Oriente Medio y Próximo, diferente a la de George Bush hijo) y, por otro, la elección de Benjamín Netanyahu como Primer Ministro israelí. Es importante hacer hincapié en la llegada de Netanyahu, puesto que no obtiene la victoria en las elecciones y llega al cargo con el apoyo de los ultraortodoxos. Este apoyo de la ultraderecha israelí será la culpable de la "agresividad" en las relaciones con Palestina y principalmente con Hamas en los años siguientes.

En los cinco años que prosiguen hasta la actualidad, se ha producido otro conflicto en Gaza, la Operación Pilar Defensivo (2012), cuyo origen está también en el ataque con misiles por parte de Hamas y Yihad Islámica al territorio israelí. La respuesta a estos ataques fue el asesinato del jefe militar de Hamas y el continuo bombardeo durante siete días de la Franja. 

Y, por último, la Operación Margen Protector, iniciada el 8 de Julio de este año. El "casus belli" es esta vez el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes (a pesar de que Hamas no ha reivindicado el hecho, y normalmente lo hace). La destrucción del arsenal de misiles (estimado en 10.000, tres mil de ellos lanzados hacia Israel en estos veinte días, y otros tres mil destruidos en suelo palestino) pasa ahora a un segundo plano, siendo el principal objetivo israelí la destrucción de los denominados "túneles del terror". El bloqueo que, como he comentado antes, lleva viviendo Gaza desde la retirada de la ocupación israelí ha provocado un déficit de productos básicos abrumador (sanitarios, alimenticios, de combustible, etc.). En un principio estos túneles surgieron para facilitar el contrabando de armas, sobre todo en la frontera egipcia, pero la necesidad de productos de primera necesidad ha provocado un aumento de los mismos también en la frontera con Israel. 

El problema es, de nuevo, que la red de túneles es utilizada por las milicias para atacar los asentamientos israelíes por sorpresa, de ahí el ahínco por parte de Israel para destruirlos. ¿El problema? Se estima que hay más de 400, de los que Israel hasta ahora sólo ha destruido 32. La sociedad gazatí es consciente de la construcción de este entramado de túneles, pero de nuevo, calla. La mayoría comienzan en viviendas, lo que dificulta mucho su búsqueda. Se confirma entonces que existe una auténtica Gaza bajo tierra, que es usada como almacén, vivienda y búnker, de los líderes de Hamas y sus milicias. ¿Por qué no permiten a la población gazatí acceder a ellos? Simplemente no les interesa, el aumento de víctimas civiles favorece la actitud propalestina de los medios de comunicación y la sociedad internacional.

Y aquí estamos a día de hoy. La decisión de Israel de acabar con los túneles es firme. Prácticamente no se alcanza unidad en el alto el fuego duradero, puesto que por parte palestina, son varias las milicias que actúan de manera independiente a Hamas o Yihad Islámica y que prosiguen con el lanzamientos de estos misiles (la mayoría hechos íntegramente en la Franja de Gaza) durante las treguas. Muchos aseguran que el proceso de paz pasa por un levantamiento del bloqueo y el embargo económico sobre la Franja, que permita la entrada de ayuda humanitaria para una población que vive hacinada y en pésimas condiciones. En mi opinión y la de otros expertos, sin embargo, no es ésta la posible solución. Hay que tener en cuenta que desde el bloqueo fronterizo, Hamas se ha visto obligado a abandonar los atentados suicidas, culpables de la mayoría de las bajas que se producían entre los civiles israelíes. El cambio a la política de lanzamiento de misiles ha beneficiado a la población israelí, que ha visto aumentada su seguridad, gracias, sobre todo, al desarrollo del escudo defensivo "Cúpula de Hierro" (Iron Dome). Este caro sistema de baterías antimisiles obliga a Israel a un gasto muy alto (62.000 dólares cada misil, 30 millones cada batería) pero a cambio del cual obtiene una gran seguridad. La posición israelí actual, como digo, aunque cara más eficaz respecto a la seguridad de sus ciudadanos, hace que no pretenda levantar un bloqueo que pueda facilitar la entrada de terroristas suicidas. 

El proceso de paz pasa, por tanto, por un rechazo y abandono total por parte de Hamas de la lucha armada contra Israel. Si esto no se produce, la etapa de paz que seguirá a este conflicto, tendrá fecha de caducidad. Este abandono de las armas, como ya hizo anteriormente Al-Fatah y la OLP, favorecería el reconocimiento mutuo entre Israel y Hamas, lo que llevaría a la presencia de esta organización (hasta ahora rechazada por Israel) a las mesas de negociaciones y, con éstas, el levantamiento progresivo del bloqueo a la Franja. La situación favorecería a todos. Hamás podría continuar con su compromiso político. Permitiría que el acuerdo del gobierno de unidad nacional alcanzado hace unos meses fuera respetado por parte israelí. Israel, y en concreto Netanyahu, vería con buenos ojos la decisión, pues se relajaría la presión de la ultraderecha (con la que se vio obligado a formar gobierno de coalición) y con ello, podrían reducirse los asentamientos israelíes (el mantenimiento y aumento de éstos era petición expresa del sector ultraortodoxo, mientras que su retirada es petición de la ANP). Por último, los gazatíes, que podrían acceder a una mejora de la calidad de vida tanto civil como política y social y, por supuesto, a la reconstrucción de la Franja. Se alcanzaría, por tanto, la ansiada solución de "un territorio, dos Estados" y con ella los palestinos pasarían de sobrevivir a "simplemente" vivir. 

No podemos olvidar el contexto internacional. El compromiso de la ONU y EE.UU para alcanzar un acuerdo de paz duradero y la creación del Estado de Palestina es máximo. El interés de la Liga Árabe, también. Pero no podemos abstraernos de la inestabilidad de algunos de los países limítrofes, como Egipto, Irak o Siria. La poca gobernabilidad que existe en éstos (además con riesgo de contagio, como se vio en las revueltas árabes) puede afectar a los acuerdos existentes con Israel y alterar, con ello, el posible "statu quo". La pelota está, por tanto, en tejado palestino, en el tejado de Hamas para ser exactos, veremos si decide dejarla ahí. El número de víctimas civiles por desgracia seguirá aumentando, es el mal de todo conflicto. ¿No se da cuenta Hamas que tiene la llave de la supervivencia del pueblo que "defiende"? O es que acaso, ni a ellos, ni a su principal valedor, Irán, no les interesa. Mientras Irán mantenga vivo el conflicto palestino-israelí, seguirá siendo un quebradero de cabeza para Israel, que verá distraída su atención del principal problema y miedo de éste: la consecución por parte de Irán de armamento nuclear.

Tras esta larga entrada concluyo un profundo análisis histórico de un conflicto que dura ya décadas. Por ello, por las raíces de éste, me remito a mi primer párrafo, en el que hablo del error en el que cae gran parte de la gente, posicionarse sin conocer. Lo más fácil es coger una pancarta y demonizar al que más víctimas genera (Israel). Pero, ¿no son víctimas los propios gazatíes sometidos al islamismo? ¿No son víctimas los niños que viven en el adoctrinamiento, en el odio que promueve Hamas? No son víctimas mortales desde luego, pero serán partícipes de un alargamiento del conflicto. No se gana nada dando paso al antisemitismo, podemos comprobar en la Historia las consecuencias de ese error. ¿Por qué en estos años no habido operaciones militares israelíes contra los palestinos de Cisjordania? Quizás en la respuesta a esta pregunta encontremos la solución de lo que sucede en Gaza.

Me gustaría terminar con un impresionante testimonio, el de Marek Edelman, uno de los comandantes responsables del levantamiento en el Ghetto de Varsovia, del que se cumplen ahora 70 años. Al igual que Hamas, vivían y luchaban entre túneles. Se trata de una carta escrita a los líderes de las organizaciones palestinas en el año 2002:

“Me llamo Marek Edelman. Soy el antiguo comandante adjunto de la Organización militar judía en Polonia, uno de los jefes de la insurrección del ghetto de Varsovia. En el año memorable de aquella insurrección, en 1943, luchábamos para la supervivencia de la comunidad judía en Varsovia. Combatíamos por nuestra vida, no por un territorio ni una identidad nacional. Nos movía una determinación desesperada, pero nuestras armas nunca se dirigieron contra poblaciones civiles indefensas, nunca matamos mujeres ni niños. En un mundo como aquél, despojado de principios y valores, a pesar del constante peligro de la muerte, permanecimos siempre fieles a aquellos ideales.

Estábamos aislados en nuestro combate y, a pesar de ello, el poderoso ejército al que nos enfrentábamos no logró vencer a aquellos muchachos y muchachas apenas armados que éramos entonces. Nuestra lucha en Varsovia duró varias semanas y luego continuamos en la clandestinidad y durante la insurrección de Varsovia, en 1944.

Sin embargo, en ningún lugar del mundo puede un grupo de partisanos alcanzar la victoria definitiva, en ninguna parte una guerrilla puede ser vencida por ejércitos regulares, por muy bien equipados que estén. Vuestra guerra tampoco tiene solución. La sangre será derramada en vano y se perderán vidas en ambos lados.

Nosotros nunca despreciamos la vida. Nunca enviamos a nuestros soldados a una muerte segura. La vida es eterna. Nadie tiene derecho a quitarla a la ligera. Ya va siendo hora de que todo el mundo lo comprenda.

Mirad a vuestro alrededor. Mirad Irlanda. Después de cincuenta años de una guerra sangrienta, ha llegado la paz. Antiguos enemigos mortales se han sentado a la misma mesa. Mirad lo que sucede en Polonia, Walesa y Kuron. Sin gran dificultad, el criminal sistema comunista desapareció. De igual manera, ustedes y el Estado de Israel deben cambiar radicalmente de actitud. Deben hacer las paces para salvar cientos y quizá miles de personas, para ofrecer un mejor porvenir a sus seres queridos, a sus hijos. Sé por experiencia que, tal como se presentan los acontecimientos, eso depende de los jefes militares. La influencia de los actores políticos y civiles es mucho menor. Algunos de ustedes estudiaron en la Universidad de mi ciudad, Lodz, y me conocen. Los creo lo bastante sabios e inteligentes como para comprender que, sin paz, no habrá futuro en Palestina y que la paz no puede obtenerse más que a cambio de concesiones en ambos lados.

Le pido también al [ex] Presidente Bill Clinton, al ministro Bernard Kouchner y al diputado Daniel Cohn-Bendit que apoyen mi petición. Quiero recordarles a ustedes nuestra posición común con respecto a la guerra en Yugoslavia. Quién sabe si esta guerra, la guerra que nadie puede ganar, podría detenerse para que la sustituyan portavoces capaces de llegar a un acuerdo.

Quizá deberíamos buscar un mediador, que no ha de ser un político, sino más bien una personalidad de autoridad moral incontestable, alguien que sitúe la vida con dignidad y la paz para todos por encima de cualquier objetivo político.


martes, 15 de julio de 2014

Desmontando el independentismo catalán

No voy a tratar en esta entrada de desmontar el independentismo como ideología nacionalista, ya que éste es totalmente respetable, sino que trataré de desmontar los diferentes argumentos con las que los nacionalistas catalanes intentan sostenerlo. Son muchos y variados los temas con los que han tratado de defender esa postura ideológica, desde el famoso "Espanya ens roba" (España nos roba), pasando por sus invenciones históricas, su mal empleado derecho a la autodeterminación o su permanencia en la UE pese a la independencia, entre otras.

Todo nacionalismo surge de una continua evocación a la patria, a la identidad, a la cultura o a la lengua y es cierto que existe una cultura catalana, al igual que gallega, vasca, castellana o andaluza, e incluso lenguas como el euskera, el gallego, el catalán y evidentemente, el castellano. Han sido muchos los ejemplos que el nacionalismo nos ha dado de la manipulación de la historia, o si no, al menos, de como ha intentado acercarla a sus intereses. El nacionalismo catalán no iba a ser menos. Uno de los órganos que se encarga de promover esta manipulación de la historia es la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que nos deja invenciones tan burdas como las que aparecen en este vídeo de una conferencia de Victor Cucurull:

Fuente: Dolça Catalunya

El nacionalismo catalán marca como fecha clave el 11 de septiembre de 1714 (a raíz de entonces, según los nacionalistas, se perdió la independencia catalana y lo conmemoran con el famoso Día de la Dìada). Esta fecha está enmarcada dentro de la Guerra de Sucesión española (1701-1713). Antes de la muerte de Carlos II, al no tener descendencia, se nombra heredero a Felipe de Anjou (Felipe V), borbón, nieto de Luis XIV de Francia. Este nombramiento supuso una fuerte alianza con Francia; sus principales apoyos los recibiría desde Castilla. La unión hispanofrancesa, despertó los recelos del resto de potencias, Inglaterra, Holanda y Portugal, que promovieron el nombramiento de Carlos de Habsburgo, de los austrias, y cuyos principales apoyos estaban en Aragón, y, por ende, Cataluña. Esta división de los apoyos no significa que Castilla fuera plenamente borbónica y Aragón (Cataluña), austricista. Finalmente la Guerra de Sucesión terminó con la victoria borbónica, plasmada en el Tratado de Utretch de 1713; y en 1714 se produjo la caída de Barcelona, último bastión en favor de Carlos de Habsburgo como Rey de España.

Otra de las armas de la manipulación histórica, es la resurrección del pancatalanismo, ejemplificada en los Països Catalans, que comprenderían: Cataluña, franja de Aragón, C. Valenciana, Baleares, el sur de Francia (Rosellón), Andorra y la ciudad italiana de Alguer. Estos territorios son pretendidos por el nacionalismo catalán pese al continuo rechazo de los gobiernos autonómicos, como el reciente caso valenciano (Fabra rechaza los Países Catalanes).

Otro de los argumentos esgrimidos por el nacionalismo catalán, sobre todo en lo referente a la realización de la consulta, es el del reconocimiento del derecho de autodeterminación. Este derecho, recogido en la Carta de las Naciones Unidas (Derecho de Libre Autodeterminación), reconoce la posibilidad de los pueblos a la libre determinación siempre que, como recoge en su Resolución 2625(XXV)ninguna de las disposiciones de los párrafos precedentes (de la Resolución) se entenderá en el sentido de que autoriza o fomenta cualquier acción encaminada a quebrantar o menospreciar, total o parcialmente, la integridad territorial de Estados soberanos e independientes que se conduzcan de conformidad con el principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos antes descrito y estén, por tanto, dotados de un gobierno que represente a la totalidad del pueblo perteneciente al territorio, sin distinción por motivos de raza, credo o color”. Es decir, un pueblo (el catalán), con representación en las Cortes Generales (24 senadores y 47 diputados), divididos en diferentes ideologías, no pueden recurrir a este derecho exclusivo de pueblos sometidos o con privaciones en sus derechos o igualdades puesto que, sencillamente, no se producen tales vulneraciones. 

Debido a estas diferencias en lo que derecho de autodeterminación supone y la situación real de la sociedad catalana, es imposible establecer una comparación con casos como la independencia de Kosovo por mucho que el nacionalismo catalán lo tenga como referencia. Es curioso además la continua incoherencia de los argumentos nacionalistas, visible en una de las últimas sesiones del Parlamento de Cataluña, donde se ha negado el reconocimiento del derecho de autodeterminación de palestinos y saharauis, teniendo en cuenta que la propia ONU ya reconoce a Palestina como Estado Observador.

Dejando de lado estos argumentos históricos y jurídicos vayamos ahora a los aspectos económicos que sustentan esta posición ideológica. Voy a empezar, como no podía ser de otra manera, con el ya mencionado "España nos roba". Esta manida frase escenificaba el supuesto expolio fiscal que realiza la Administración Central sobre Cataluña. La Generalitat la cifraba en más de 16.000 millones de euros (diferencia entre lo que aporta y lo que recibe). Bien es cierto que es de las comunidades que más aporta a las arcas del Estado (sólo por detrás de Madrid), pero también es cierto que, por ejemplo, las principales empresas a nivel nacional, aunque su actividad se distribuya por todo el territorio, sus tributaciones (el pago de impuestos) se producen en estas dos comunidades. Esta cifra anunciada por el equipo de Artur Mas se verá reducida sustancialmente en las próximas "cuentas públicas regionalizadas" que anunciará el ministro Cristobal Montoro durante el verano. Datos que ya se adelantaban un año antes desde la plataforma Convivencia Cívica Catalana en su publicación "El maquillaje de la balanza fiscal de Cataluña". Otro de los aspectos a tener en cuenta, sería la no inclusión de actividades como las de las Fuerzas Armadas o el Ministerio de Exteriores como inversiones en Cataluña, ya que en su opinión, esas actividades no benefician a la comunidad autónoma puesto que sus recursos son gestionados desde Madrid.

A pesar de la perenne discrepancia respecto a estas balanzas, los propios asesores del presidente catalán han abogado por cambiar de discurso, siendo conscientes que además de estar manipulado puede dar una imagen de poca solidaridad respecto al resto de CC.AA. La realidad palpable, si se bucea un poco en los datos económicos, es que la Generalitat de Cataluña sufre de una pésima gestión, puesto que se trata de la comunidad autónoma con la mayor deuda (situada en más de 57.000 millones en 2013) y que, demagógicamente, ya ha necesitado de la ayuda del Estado (Fondo de Liquidez Autonómico) para recibir más de 6.600 millones en 2012 y más de 10.500 en 2013 para el pago de vencimiento de la deuda. Mientras tanto, continúan con sus pretensiones (incoherentes respecto a la situación económica) como la creación de un CNI catalán, una Hacienda propia, las subvenciones al doblaje en catalán, las ayudas a los medios de comunicación catalanes e incluso, como se ha publicado recientemente, un ejército. 


Por último, pero no por ello menos importante, me gustaría hacer hincapié en la posición de esta hipotética Cataluña independiente en la escena internacional. El no reconocimiento en el derecho internacional de una declaración unilateral de independencia abocaría la nueva Cataluña a un limbo jurídico que la excluiría automáticamente de la ONU, la UE (y con ella, del euro) y la OTAN por numerar algunas. Esta salida se produciría por el no reconocimiento de Cataluña como Estado por la comunidad internacional, lo que le imposibilitaría el pedir el acceso a los mismos (es el caso de Osetia y Abjasia). Si suponemos que finalmente este reconocimiento se produce, la entrada en estas organizaciones aún debería ser votada en el caso de la ONU, a petición del Consejo de Seguridad con mayoría de 9 votos (incluyendo los 5 con poder de veto, EE.UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) y posteriormente por 2/3 de la Asamblea General; en el caso de la UE y la OTAN por unanimidad de sus miembros. Son situaciones complejas en las que, en el caso de UE y OTAN, España tendría el poder de vetar esa entrada. Son numerosos los líderes internacionales y cargos europeos que han manifestado estas realidades a pesar de las insistencias de Artur Mas.  


Estamos pues, ante un debate al que nos ha llevado el actual modelo autonómico, cediendo una competencia básica como es la educación, y que en aquellas comunidades autónomas en las que han gobernado los nacionalistas se ha convertido en un arma, puesto que el adoctrinamiento histórico que viven las nuevas generaciones es palpable. Esto ha sido posible en parte debido al interés político de los dos grandes partidos (PP-PSOE), que en diferentes etapas han facilitado el gobierno de CiU a cambio de apoyar a éstos en el Congreso. Como bien dice el refranero español "de aquellos polvos, estos lodos" y aunque es tarde para cambiar la situación no hay nada más fuerte que la verdad y la realidad (tanto histórica como jurista) para hacer frente a la manipulación que desde el gobierno y gracias a instituciones públicas como los medios de comunicación, se está llevando a cabo. El actual nacionalismo se ha ido alimentando de una mano que ha manejado irresponsablemente la Administración Central, una mano que cada vez ha ido recibiendo más mordiscos y que difícilmente va a ser reconstruida.


Ya lo dijo Otto von Bismarck: "España es el país más fuerte del mundo. Los españoles llevan siglos intentando destruirlo y aún no lo han conseguido".



Mejor unidos.



lunes, 7 de julio de 2014

A golpe de... ¿referéndum?

Estamos siendo partícipes de un hecho histórico. Por primera vez en nuestra joven democracia se produce un relevo en la Jefatura de Estado. Una Jefatura de Estado que ha sido vital en el desarrollo económico, político y social de España y que fue eje conciliador en nuestra Transición. No son pocas, sin embargo, las voces que, desde el anuncio de la abdicación del Rey Juan Carlos I en favor de su hijo Felipe VI, claman por un referéndum que posibilite un cambio en el modelo de Estado, en su opinión obsoleto, en favor de otro (también en su opinión) más democrático como es la república. 

Son, no obstante, numerosas las virtudes del modelo actual y así las recogía el Rey en su discurso de investidura: "la independencia de la Corona, su neutralidad política y su vocación integradora ante las diferentes opciones ideológicas, le permiten contribuir a la estabilidad de nuestro sistema político, facilitar el equilibrio con los demás órganos constitucionales y territoriales, favorecer el ordenado funcionamiento del Estado y ser cauce para la cohesión de todos los españoles". Es imposible recoger de manera más clara las virtudes de este sistema La neutralidad política es clave para dar estabilidad a un sistema, independientemente de quien esté en el gobierno. Esa neutralidad puede favorecer que las relaciones exteriores, por ejemplo, faceta en la que Juan Carlos I ha sido, es y será imprescindible, puedan gozar de la independencia política necesaria que, en caso contrario, vendrían marcadas por la orientación política del Jefe de Estado ("politizado") de turno. 

Algunos de los importantes proyectos de las empresas españolas, en el exterior, se están llevando a cabo en lugares donde la figura de don Juan Carlos I es reconocida y admirada, lo que ha permitido, por lo tanto, la apertura de puertas a nuestras empresas a mercados donde hasta ese momento era difícil llegar (como la construcción del Ave La Meca - Medina o el Metro de Riad, cada una estimada en más de 6000 millones de euros). En cualquier caso, aún hay gente , como recoge el escritor Pérez-Reverte en su "Patente de Corso" del 9 de Junio de 2014 (Somos gilipollas), que es capaz de criticar esta labor basándose en los pocos valores democráticos de dichos países. Sin esta neutralidad política, España se vería abocada a un constante cambio en dicha figura, que no gozaría, ni de lejos, de la preparación que ha recibido el hasta ahora Príncipe de Asturias o de la ascendencia de la monarquía española, y cuya proyección exterior dependería de su orientación ideológica. 

La nueva y dividida izquierda política, encabezada por el surgimiento de la formación política Podemos, seguida por Izquierda Unida, han sido los abanderados (nunca mejor dicho) de la tricolor, demandando un referéndum que someta a votación el citado cambio de modelo. Estas posiciones discordantes se han basado en varios argumentos. Por un lado, el creciente descontento hacia la Casa Real debido especialmente al Caso Noos, que afectaba directamente a Urdangarín y la Infanta Cristina. Por otro lado, el "extenso gasto" anual que tiene la Casa Real. Pero por encima de todos, el argumento social, basado en que es el pueblo quien debe decidir el modelo político de España, puesto que "nunca se ha votado".

Voy a comparar, por una parte, económicamente nuestra Jefatura de Estado con otras monarquías europeas y repúblicas y voy a demostrar, por otra, cómo el actual modelo sí se ha votado. Empezando por el cuestionamiento del voto, hay que recordar que el actual modelo de Estado (monarquía parlamentaria) viene recogido en el articulo 1.3 del Titulo Preliminar de nuestra Constitución. Una Constitución que fue refrendada el 6 de diciembre 1978 con una participación del 67,11% y en la que salió aprobada por un 88,54% de los votos. Como muchos critican, esta Constitución tiene 36 años de historia y muchos sostienen que gran parte de la población actual no estuvo entonces para votarla. Quizás olvidan que la Constitución estadounidense, la más antigua del mundo, data de 1787 y en ella aparecía implícita la república como forma de gobierno. Una forma de Estado que nadie cuestiona en la actualidad si debe o no someterse a referéndum porque la población actual no votó entonces (han pasado más de 225 años). Además, cabe destacar que en 1978, el PSOE fue el principal defensor de la república (mientras que el Partido Comunista, con Santiago Carrillo a la cabeza, votó a favor de la monarquía) y ahora, sin embargo, se posiciona a favor de la monarquía siendo consciente de la inestimable labor que ha realizado. 

Volviendo al tema económico, compararé primero con otras monarquías y posteriormente con modelos republicanos. Junto con la española, son varias las monarquías que hay en Europa, casi todas en los países del norte. Los presupuestos en todas ellas son muy diferentes, pero hay que tener en cuenta las partidas que éstos recogen, ya que algunas como la española, mantienen partidas dependientes de otros ministerios de las que (lamentablemente) se desconocen su cuantía real. La partida de los PGE destinada a la Casa Real española, para 2014, consiste en 7.775.040€ (disponible en la web de la Casa Real). Esta partida se ha visto reducida en un 2% respecto al año anterior y en más de un millón de euros respecto a 2010. Este presupuesto no es, ni mucho menos, el sueldo de los Reyes de España. De esta partida, y antes de impuestos (un 40% de IRPF para el Rey y un 37% para el Príncipe), los sueldos estarían establecidos de la siguiente manera: 292.752 para el Rey y 146.376 para el Príncipe. De estas cantidades, aproximadamente una mitad iría destinada al sueldo en sí y la otra a los gastos de representación. Tras la abdicación estas partidas se verán reducidas, ya que la Princesa de Asturias no recibirá salario alguno hasta su mayoría de edad. De todo ese presupuesto destinado a la Casa Real la mayor partida va destinada a los sueldos de sus empleados (137), que se llevarían en torno a 4 millones de euros. A estas partidas, habría que añadir los gastos en los viajes oficiales, dependientes del Ministerio de Asuntos Exteriores, el mantenimiento de los vehículos que corresponde a Hacienda y la Guardia Real, que corresponde a Defensa. Por su parte, las residencias de los monarcas forman parte del Patrimonio Nacional. Podríamos señalar que el presupuesto ascendería presumiblemente hasta los 25 millones de euros.

La monarquía británica, por su parte, presenta un desglose de sus presupuestos mucho más transparente. Su retribución asciende a 42 millones de €, de los que se quedan fuera gastos tan importantes como los gastos en ceremonias y seguridad además de contar aparte con la retribución del Príncipe Carlos, que no se incluye en esas cifras. Por otro lado, otras coronas como la holandesa, reciben alrededor de 40 millones de €; la danesa en torno a los 13 millones de €, que además están auditados por una multinacional; la sueca aproximadamente 5 millones; la noruega cerca de 25, como la española; Bélgica ronda los 8 al igual que la luxemburguesa. Son cifras muy dispares si atendemos sobre todo al número de habitantes de cada uno de los países, para ver a cuantos euros sale la monarquía por habitante. Vemos como en relación habitantes - coste, España no está ni muchísimo menos entre las más caras aunque si podría tener una mayor transparencia tal y como demanda la sociedad.

Si pasamos ahora a la comparación con las repúblicas, debemos diferenciar primero entre aquellas presidencialistas, en las que el jefe de estado si tiene funciones, como la francesa o la estadounidense, de otras cuya jefatura no las tienen como la italiana o la alemana y se asemejan por tanto más a un sistema monárquico. En Grecia por ejemplo, una de las más opacas, el presupuesto ronda los 6 millones de euros, con un salario de 280.000€ más 90.000€ en gastos de presentación. La Alemana, dispone de unos 20 millones de euros, con un salario de 200.000€ (con un Jefe de Estado que no es elegido por los ciudadanos sino por legisladores y gobernadores de Estados), muy inferior al de la Canciller Angela Merkel (230.000 + 42.000 por ser parlamentaria) y en los mismos niveles anda la Jefatura de Estado de Portugal, con unos 15 millones destinados al Presidente de la República. Presupuestos nada desdeñables para unos representantes que ni siquiera recogen las funciones de Jefe de Estado del Rey de España, con una efectividad de representación en el extranjero casi nula. Si nos trasladamos a la vecina República Italiana, es dónde encontramos, de largo, la Jefatura de Estado más cara de Europa con un presupuesto de mas de 220 millones de euros, de los cuales la mitad va destinada exclusivamente a personal (más de 900). Un presupuesto nada transparente a pesar de su inmensidad y que contiene los 240.000 euros anuales que percibe su presidente, Giorgo Napolitano. 

Si nos movemos ahora a dos de la repúblicas presidencialistas por excelencia, la francesa y la estadounidense, vemos como en ambos casos son presupuestos elevados, pero hay que tener en cuenta que sus presidentes tienen funciones de gobierno reales. En el caso francés el presupuesto supera los 100 millones y su salario fue elevado en 2010 un 140% para igualarlo al recibido por el Primer Ministro,  y asciende a unos 240.000 euros anuales, en la linea de los demás Jefes de Estado europeos. Si nos situamos ahora en Estados Unidos, su presupuesto asciende a más de 1.000 millones de euros al año, incluyendo todo tipo de partidas, desde los viajes en el Air Force One hasta las pensiones vitalicias de ex-presidentes como Clinton o Bush y con un salario para Barack Obama de en torno a 400.000€.

Tras esta valoración entre monarquías y repúblicas, he demostrado que económicamente puede haber muchas diferencias, pero que nuestra Jefatura de Estado, sin ser todo lo transparente que debiera, no está entre las que más gasto suponen, incluso si comparamos las funciones que llevan a cabo respecto a otros Jefes de Estado. Por otra parte, he recordado que el modelo de Estado ya fue refrendado por los españoles y que la actual "marea republicana" atiende al auge que han tenido partidos de extrema izquierda como Podemos, con una gran presencia en las redes sociales y un gran poder de convocatoria para realizar actos reivindicativos en las calles. Además, he señalado que la preparación, para ejercer un puesto tan relevante como es el de Jefe de Estado, del nuevo monarca, difícilmente va a ser igualada por cualquier persona que pudiesen presentar los partidos políticos para la Jefatura de Estado, siendo la población española además, partícipes de un sistema de partidos en el que imperan las listas cerradas y que por tanto la aportación de la ciudadanía para la elección de otro Jefe de Estado sería casi nula, ya que el candidato sería presentado por los partidos en función, probablemente, de sus propios intereses y no de los intereses generales. 

Considero, además, que quien mire al pasado, o al presente se perderá el futuro, como decía el presidente Kennedy, y que por lo tanto no es necesario remontarse a comparaciones con las anteriores repúblicas que ha habido en España, una, la primera, que apenas duró unos meses, y otra, la segunda, que acabo en la más incivil de nuestras guerras civiles. Confiemos en los valores que encarna el Rey Felipe VI como nexo de unión todos los españoles y rompamos una lanza en favor de sus palabras: "una monarquía renovada, para un tiempo nuevo".